(Mar 9:38-50)
Este domingo 30 de septiembre, nuestro calendario litúrgico nos invitaba a esta lectura de Marcos. El problema: Desde que Jesús escogió sus discípulos, tuvo problema con ellos. El problema que cualquiera que trabaja con personas los tendría. Problemática que cualquier lugar u organización que tenga seres humanos tendría. Luego que Jesús se transforma en el monte, donde tuvo un proceso intimo con Pedro y Santiago, comenzaron una serie de discusiones entre los discípulos que cuando uno los lee es como si se estuvieran viviendo situaciones parecidas a las nuestras. Primer Problema: Cuando Jesús baja del monte con Pedro y Santiago, se percata una situación incómoda. Los discípulos estaban rodeados de muchas personas y los Maestros de la Ley les cuestionaban a los discípulos algo. Al ver esto Jesús pregunta que era lo que sucedía. Al ver la gente a Jesús salieron corriendo hacia donde el. Uno de los que estaba allí le cuenta el problema a Jesús, Maestro, te traje a mi hijo, pues tiene un espíritu malo que no lo deja hablar. Cuando el espíritu entra en mi hijo, el se cae al suelo y comienza a echar espuma por la boca. Sus dientes comienzan a rechinar y el se queda rígido. Les pedí a tus discípulos que expulsaron de mi hijo a ese espíritu malo, pero no han podido. Jesús molesto les cuestiona: ¿Por qué no han aprendido a confiar en Dios? ¿acaso no pueden hacer nada sin mí? ¿Cuándo van a aprender? La historia relata que el muchacho al ver a Jesús tuvo otro episodio demoníaco. Jesús simplemente le ordeno al espíritu que saliera y el espíritu salió de ese cuerpo. Ahora las preguntas las tenían los discípulos. ¿Por qué no pudimos reprender? Porque este género no sale si no es con ayuno ni oración. Al leer el texto observo lo siguiente. El problema de los discípulos era el enfoque del cual ellos querían fungir su ministerio. En el corazón de cada uno de ellos existía cierto grado de soberbia, de orgullo. El problema es que, para poder reprender un espíritu malo, tienes que conocer lo que vas a hacer. Ellos querían hacer la obra sin tener la capacitación y el propósito claro para hacerlo. Segundo problema: Observemos que sucedió luego en los versículos 33 en adelante. Los discípulos venían camino a Capernaum, venían con senda discusión. La discusión era una sin sentido si hablamos de las enseñanzas de Jesús. Si hablamos de lo que Jesús predicaba y vivía, la discusión de ellos no tenía ningún sentido. Jesús espero llegar a la casa, y les pregunta ¿cuál era la discusión entre ellos? Los discípulos no se atrevieron hablar ni mencionar nada. Jesús llama a los doce, los sentó y los amonesto. “si alguno de ustedes quiere ser el más importante, deberá ocupar el último lugar y ser esclavo, ser servidor. Esto un problema de convivencia. Quien está mejor parado del grupo, quien tiene preferencias con quien. Cuales beneficios obtendré por hacer tal cosa. El ser humano es así. Quieren reconocimientos, les gusta la pleitesía. Nos gusta el tener standing para que se nos reconozca. Yo miro le texto, lo releo y me pregunto ¿Quién rayos les dijo que había posiciones para seguir a Cristo? Si Jesús desde el principio ha elegido a personas para que simplemente aprendieran de él, y que le siguieran. El problema lo tenemos los seres humanos. Nos peleamos las posiciones, nos pelamos quien lo hará mejor. Estos pleitos para mí no tienen sentido en lo absoluto. Lo que usted y yo hacemos, tenemos que hacerlo para agradar a Dios, para que él sea glorificado, para que la gente lo adore a Él. El problema es que a nosotros nos gusta que nos reconozcan. Tengo un compañero pastor joven amigo mío. Al comenzar su ministerio en su iglesia, el pastor saliente de esa congregación le cuestiona el porque lo eligen a él, porque él no tenía standing en la denominación. El standing se le atribuye a los estudios y posiciones que haya tenido en su ministerio. Es lamentable este pensamiento y Jesús lo condenó de la siguiente forma. Tercer problema: Al terminar Jesús de regañarles y educarles, Juan abrió la boca. Este vino con un chisme. Señor, vino a alguien que usaba tu nombre para sacar demonios de las personas, pero nosotros le dijimos que no lo hiciera, porque no es de nuestro grupo. Los problemas de Juan eran los siguientes. Primero es el pensar que Jesús era exclusivista. Este está reprendiendo demonios, lo hacen en el nombre de Jesús, pero no pertenece a nuestro grupo. Muchos de nosotros, aunque no lo expresemos tenemos el mismo pensamiento. Si no es protestante no es salvo, si no se viste de tal manera no es cristiano, si no habla como nosotros no es cristiano. El problema de Juan era los celos. Como este que no es de mi grupo reprende demonios y nosotros estuvimos intentando hacerlo y no pudimos. Jesús lo detuvo, No se lo prohíban. Nadie puede maldecirme después de haber hecho un milagro usando mi nombre. Hay un relato en el AT que nos recuerda algo parecido. Números 11:21-30 Josué le pide a Moisés que prohíba a dos ancianos que no habían recibido la unción del espíritu de Dios en el tabernáculo sino en el campamento. La repuesta de Moisés fue que ojalá el espíritu de Dios viniera sobre todos y que el pueblo entero estuviera lleno de profetas llenos del espíritu de Dios. Eso pasa cuando tenemos un llamado y pensamos que tenemos el poder para juzgar a los demás en cuanto a lo que Dios desea hacer. Esto es un problema en nuestros tiempos. Teneos que abrirnos y comprender que Dios tiene el poder para llamar personas imperfectas, personas pecadoras para que sean transformadas en su nombre. La iglesia debe de ser un lugar inclusivo y no exclusivo. La iglesia es un lugar para que las personas se sientan amadas, respetadas y sobre todo convocadas por Dios. Cuando queremos ser tan rígidos con las estructuras, se nos olvida de la sensibilidad y de la obra del Espíritu Santo. Es por eso, que entiendo que Dios toca a tu corazón, toca y te invita que seguirle. No para obtener preferencias personales. No para obtener beneficios, sino para impactar, bendecir, transformar a un pueblo, a una nación. Llegamos al texto base… si alguien de ustedes, hace que uno de estos pequeños seguidores míos deje de confiar en mí, mejor le sería que le ataran al cuello una piedra enorme y lo tiraran al mar. Si los discípulos pensaban que seguir a Jesús no había una responsabilidad se equivocaron. Jesús los pone en Jaque. Ya Jesús está viendo el pensamiento y el corazón de sus discípulos. Y les deja un peso, una carga en el pensamiento. Si ustedes escandalizan a uno de los pequeñitos… Esto es una amenaza sea por donde sea, veas por donde lo veas. La responsabilidad consiste en misericordia. Al escuchar a Juan, Jesús sabía que estos doce que les seguían, no tenían claro sus funciones y responsabilidades. Una responsabilidad es cuidar el testimonio y no ser de escándalo a los pequeños. Me gusta más la versión Lenguaje actual… si ustedes hacen que uno de los pequeños dejes de confiar en mí. Jesús utiliza una analogía muy peculiar. Él siempre ha dejado saber que todos somos parte de un cuerpo. Cada parte del cuerpo tiene una función. En esta ocasión, Jesús fue muy claro. Si uno de los que lleva años, hace que otro caiga es mejor sacar al que hace daño y se resuelve el problema. Pablo lo relata en 1 Corintios 5 que es mejor la amputación de un miembro por hacer daño al cuerpo. Es para que comprendamos nuestra responsabilidad como creyentes. El problema nuestro es que no lo vemos de esa manera. Jesús utiliza el ejemplo de las partes del cuerpo. Si es tu mano la que te hace caer, es mejor cortarla, es fuese tu ojo, es mejor sacarlo, etc. En mi experiencia pastoral he tenido que tomar decisiones fuertes como por ejemplo decirle a un musico que ya no tocará mas en la iglesia por sus actitudes. A un presidente que no será más presidente por su mal testimonio. Podemos ser juzgados por esas decisiones. Pero la realidad es que no podemos pasar por desapercibido la responsabilidad de cuidar a los pequeños en la fe. Yo reflexiono en la vida de los discípulos. Ellos fueron separados y escogidos por Jesús. La naturaleza de la exclusividad, la naturaleza del ego, del orgullo, de la soberbia nos invita a vivir una vida de llenura para nosotros. Pero cuando llega Cristo al corazón del ser humano todo cambia. Cristo transforma nuestros deseos. Cristo transforma nuestra vida y ya no vivimos pensando en nosotros mismo, sino que vivimos pensando en bendecir a los demás, de incluir, de bendecir a los demás. Observe como termina Marcos: Mar 9:49» Dios va a purificar a todos como cuando purificamos las cosas con la sal o con el fuego. Mar 9:50 La sal es buena. Pero si deja de estar salada, ¿cómo podrán ustedes devolverle su sabor? Por eso, sean buenos como la sal: hagan el bien y vivan en paz con todos. Hay dos vertientes en la sal en este texto. Dios va a purificar a todos como cuando purificamos las cosas con la sal o con el fuego. Esta purificación, es el proceso doloroso de seguir a Jesús. Jesús no les ofreció un hotel, no les ofreció un banquete. Les dijo, tomen su cruz y síganme, les dijo, que no tenía donde posar su cabeza, les ofreció un camino estrecho… pero la recompensa seria maravillosa. Pero utiliza otro ejemplo de sal. La sal es buena. La sal tiene su función. Perseverar las cosas. Ante la problemática entre ellos mismos, Jesús afirma que ellos tienen que ser como la sal que es buena. Hagan el bien y vivan en paz con todos. Jesús protege la vida de los pequeños, de los pobres, de los que eran juzgados. La clave está en seguirle y enfocarse en su palabra. Que él tiene palabra que sacia para vida eterna. Que él hace milagros, que el abre caminos, que nuestro Dios nos invita a que vivíamos aferrados a él. Te ama! Pastor Carlos Armando
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Author:El Rvdo. Pastor Carlos Armando López Gerena tiene un BA en Trabajo Social y una Maestría en Divinidad del Seminario Evangélico de Puerto Rico. Archivos
Marzo 2024
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